Conmemoración del Holocausto y su historia en República Dominicana


UN POCO DE HISTORIA…

El pasado 27 de enero, como cada año, se rindió tributo a las víctimas del Holocausto, una tragedia para la historia de la humanidad. En esta fecha se conmemora la muerte de casi  2,5 millones de judíos. 

Desde 1933 las políticas de la Alemania Nazi hacia la comunidad judía dieron al traste con la emgiración de muchos de ellos. Las leyes, desde 1935, negaban la ciudadanía alemana a los judíos, les prohibían el matrimonio o relaciones sexuales con personas de «sangre alemana o afín» y suprimían sus derechos civiles y políticos. La historia recoge sucesos terroríficos como la Kristallnacht (La noche de los cristales rotos), donde, ante la vista de la policía fueron quemadas más de 250 sinagogas, destrozados y saqueados 7,000 comercios de judíos, cerca de 100 asesinados y más de 30,000 fueron enviados a campos de concentración.

Ante esta situación se inició un proceso migratorio hacia países que ofreciesen garantías y les acogieran en calidad de refugiados, pero muchos judíos no pudieron obtener sus visas de ingreso a países que, como los Estados Unidos, contaban con numerosas comunidades judías que les ofrecían su apoyo. La visión de la mayor parte de los países de que los refugiados eran una carga para el Estado, así como mano de obra que competía con la local, determinaban entre otros factores la falta de apoyo internacional.

En este contexto, la República Dominicana acordó aceptar unos 100,000 inmigrantes, aunque se emitieron cerca de 5,000 visados que sirvieron a muchos como salvoconducto para migrar a otros países. Finalmente, los refugiados judíos que llegaron y se quedaron en el país fueron alrededor de 1,000.  

Los judíos que llegaron al país fueron asentados en Sosúa, en la costa norte, en una plantación de bananas que había sido abandonada desde 1916 por la Unit Fruit Company. De parte del Estado dominicano los refugiados recibieron recursos y terrenos para dedicarse a labores agrícolas. Además de la ayuda local, se recibieron contribuciones desde los EEUU a través del programa DORSA. A cada inmigrante judío le fueron entregados 80 acres de tierra, 10 vacas, una mula y un caballo para iniciar su vida en Sosúa.

La gratitud de la comunidad judía del mundo hacia esta política del Gobierno dominicano queda plasmada en las estrechas relaciones entre el Estado de Israel y la República Dominicana. Ambos países firmaron el 2 de mayo de 1968 el Acuerdo de Supresión de Visas, por lo que los ciudadanos dominicanos que deseen viajar a Israel como turistas no necesitan ningún tipo de visa. 

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