Sin embargo, el suicidio asistido es completamente legal. Por este motivo, hace unos días se publicó la buena nueva del lanzamiento de la máquina denominada: SARCO, para poder ejercer de una manera más efectiva dicho procedimiento
Te explicamos brevemente el marco jurídico del suicidio asistido, para posteriormente indicarte cómo funcionar SARCO. El Código Penal suizo prohíbe la “incitación o asistencia al suicidio por motivos egoístas". Cualquier colaboración en un proceso de eutanasia voluntaria también está penalizado, incluso si se comete a partir de "motivos respetables" como el asesinato por misericordia (Art. 114).
Sin embargo, el suicidio asistido por motivos no egoístas sigue siendo legal. Por ejemplo, se pueden prescribir medicamentos letales siempre que el receptor desempeñe un papel activo en la administración del medicamento, pero la eutanasia activa (como el acto de administrar una inyección letal) no es legal.
La ley suiza solo permite proporcionar medios para suicidarse y las razones para hacerlo no deben basarse en el interés propio. Dicho esto, las personas que deseen poner fin a su vida en Suiza, pronto podrán tener acceso a un nuevo método ya autorizado por las instancias médicas de Suiza: una cápsula impresa en 3D que, según su creador, puede acabar con la vida de alguien en cuestión de minutos, sin dolor. La cápsula se llena de gas nitrógeno al pulsar un botón, que reduce rápidamente los niveles de oxígeno, haciendo que el usuario caiga inconsciente en un minuto, dijo Nitschke. Así, la persona no sufre asfixia ni experimenta angustia, dijo, sino que muere por la falta de oxígeno después de haberse quedado dormida.
El objetivo de Sarco es eliminar la necesidad de asistencia. Esto asegura que cualquier uso del Sarco sea legal", defienden los creadores. Y es que cabe recordar que, mientras la eutanasia comporta que una segunda persona participe en la muerte, en el suicidio asistido este segundo individuo solo facilita los instrumentos requeridos.